Pedagogía Waldorf
La pedagogía Waldorf pone el desarrollo individual del niño como punto focal. Los niños aprenden a través del juego y de esta forma interiorizan el lenguaje. En la pedagogía Waldorf estimulamos el desarrollo del lenguaje a través del canto, los versos, los cuentos y las historias. Tanto el juego creativo dentro y fuera del aula como el trabajo en el jardín y en la cocina mantienen a los niños en un movimiento necesario para su desarrollo saludable.
Las habilidades motoras finas se desarrollan por medio de trabajos artísticos y manuales, juegos de dedos y rondas. Los niños tienen un interés natural en el mundo que los rodea; quieren ser activos, crear y experimentar a través de todos sus sentidos.
Nuestros materiales de juego naturales (madera, seda, lana, piedra, ramas, etc) estimulan a través de sus diferentes texturas, olores y formas, la imaginación y creatividad del niño. Cada día pueden crear nuevos mundos, tener nuevas vivencias, descubrir y experimentar nuevas ideas e impulsos.
La relación de confianza entre los adultos y los niños es la base para su desarrollo. En consecuencia, el niño aprende por imitación, no por instrucciones.
Por medio de un ritmo diario establecido se crean y se mantienen deliberadamente los hábitos saludables. Los ritmos, la repetición y las actividades crean confianza y seguridad en el niño.